DESAFIO CONSTANTE

DESAFIO CONSTANTE

Las tecnologías de la información y la Comunicación (TICs) así como el Internet deberían de ser instrumentos que funjan como igualadores sociales, es decir, que acerquen las mismas oportunidades a todas las personas, sin embargo, actualmente han funcionado más como un diferenciador.

La prueba más clara es que el Internet es un servicio casi exclusivo de las zonas urbanas, mientras que en las áreas rurales sigue siendo un lujo.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) de 2017 y 2018, hace dos años el 71.2 por ciento de las personas que accedieron a Internet pertenecían a una zona urbana, mientras que en comunidades rurales el número de usuario fue únicamente del 39.2 por ciento.

Esta tendencia permaneció un año después. En 2018 el porcentaje de usuarios de Internet en las ciudades fue de 73.1 por ciento, mientras que en el campo fue de 40.6 por ciento.

Rubén Darío, experto en comunicación digital, asegura que en este momento el uso y acceso de la tecnología se encuentra muy alejado del “deber ser”.

“La tecnología debería ayudar- te a generar ciertas competencias para elevar tu nivel educativo, competitivo, ayudar a capacitación, comunicación y todo lo que quieras, sin embargo, y ese es el problema, en este momento la tecnología es un diferenciador entre quienes sí tienen el poder adquisitivo para acercarse a ella y los que no, dejando a esas personas aisladas y marginadas de este mundo”, dice.

Además, el experto en temas digitales, advierte que las políticas implementadas por el actual gobierno para tratar de erradicar la pobreza siempre estarán incompletas hasta que no se incluya de manera integral dentro de ellas garantizar el acceso a la red para todas las personas.

“Todas las políticas de com- bate a la pobreza deberían ser integrales, y con eso me refiero que sí, deben generar empleo, seguridad y capacitación…pero además acceso a la red, porque no solamente es un derecho humano declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sino que además el hecho de no tener acceso, que el Estado no provea las condiciones o la infraestructura para que grupos margina- les puedan tener conectividad, significa que estamos hablando de estrategias para combatir la pobreza que se van a quedar limitadas siempre.

No se trata de escoger qué quieres: seguridad, empleo o educación, se trata de atender todos estos factores junto con el acceso a Internet”.

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en el 2015 en México apenas el 39.2 por ciento de los hogares contaban con una conexión a internet, para el 2016 el porcentaje se elevó a 47 por ciento, en el 2017 fue de 50.9 por ciento y el año pasado el porcentaje de hogares en el país con acceso a la red era del 52.9 por ciento.

Esto demuestra que si no fuera por los teléfonos inteligentes, el porcentaje de personas en México con Internet sería mucho menor de lo registrado hoy en día.

 

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